miércoles, 6 de junio de 2012

LOS HUERTOS ESCOLARES


                                 Huertos escolares




    El programa del Huerto Escolar es una experiencia educativa realizada para  la participación de escolares y docentes en las actividades de sensibilización y conocimiento de diferentes procesos presentes en el devenir de la vida urbana como los que realizan los diferentes agentes que intervienen en el abastecimiento de distintas materias y su transformación hasta la conversión en residuos pasando por el consumo responsable de productos que fomenten la sostenibilidad.
    La adecuada formación de la población sobre los temas objeto de este programa redundará en una participación activa y corresponsales que facilitará su aplicación en los procesos antes mencionados.
    En torno a estos temas existe una comunidad virtual en línea que cuyos miembros trabajan e intercambian experiencias que les enriquecen de forma mutua. En la misma se encuentran materiales didácticos y metodologías para su aplicación en la enseñanza primaria.


                                         ESQUEMA DE LOS HUERTOS ESCOLARES


QUE SE DEBE UTILIZAR EN UN HUERTO


En el campo se pueden observar sembradíos de hortalizas: zanahorias, papas, repollo, entre otras. Los sembradíos que no ocupan espacios muy grandes se llaman huertos y los sembradíos en terrenos mucho más grandes se llaman huertas.
El huerto escolar, es un terreno pequeño, donde se cultivan hortalizas para consumo de la comunidad escolar y usualmente funciona en terrenos disponibles dentro de la escuela. Si no hay suficiente terreno, se pueden utilizar balcones, azoteas, materos o cajas. En el huerto escolar se cultivan plantas cuyas semillas, raíces, hojas o frutos son comestibles,  también árboles frutales como: limoneros, naranjos, entre otros, si existe el espacio suficiente.

¿
Cómo se construye un huerto escolar?

En la preparación de un huerto, se toman en cuenta los siguientes pasos:
  • Escoger el terreno que esté disponible dentro de la escuela.
  • Limpiar el terreno, eliminando cualquier material de desecho, piedras, maleza u otros.

  • Labrar el terreno, unos 20 o 25 centímetros de profundidad
  • Desmoronar y triturar muy bien la tierra.
  • Fertilizar el terreno preferiblemente con abono natural. 
  • Es recomendable utilizar fertilizantes naturales, para evitar la contaminación de la tierra.
  • Después de que el terreno está preparado, se hacen surcos y se colocan en ellos las semillas previamente seleccionadas, dejando el espacio necesario entre ellas. Se deben investigar lo que necesita cada planta.
  • Regar con abundante agua, sin excederse, para favorecer los procesos de germinación y desarrollo. Este riego es preferible hacerlo, en horas de la tarde o en la mañana antes de que salga el sol. 


MAY PRECIOSA




















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